GPPAN CDMX A 23 DE MAYO DE 2021

Bacanal Electoral
Excélsior
Dip. Federico Döring Casar

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Estamos a tan sólo un par de semanas de las elecciones de este año, y la lluvia de declinaciones de candidatos a favor de sus contrincantes no para.

Este 6 de junio los ciudadanos podrán elegir a las o los titulares de 16 alcaldías, 160 concejalías y 66 diputaciones locales en la Ciudad de México. Para esto, compiten 11 partidos y otro número más de candidatos independientes. Hasta aquí, todo bien; en la pluralidad y abanico de opciones radica la esencia de la democracia.

Sin embargo, en las últimas semanas hemos sido testigos de un exceso de declinaciones, de supuestos candidatos renunciando a la postulación que obtuvieron de un partido político o por la vía independiente. En cualquier caso, todos recibieron financiamiento público para hacer campaña, lo gastaron y promovieron su imagen, prometiendo una plataforma de campaña que fue falsa.

Una vez gastado el dinero en la bacanal electoral, la desfachatez de los supuestos candidatos sólo deja en claro el uso financiero que se le da a micropartidos sin una plataforma real —que postulan a actores, influencers y payasos que carecen de toda credibilidad— y que no merecen mantener el registro.

Esto sin contar que dichas declinaciones carecen de un efecto real más allá del acto simbólico, pues sus nombres seguirán en la boleta electoral, abonando a la confusión en una elección de por sí difícil. Una burla hacia los ciudadanos luego de que se ha gastado el dinero público, después de tirarlo a la basura, entonces terminan declinando en favor de los partidos siempre grandes.

Éste es un error del marco legal y, en consecuencia, es corregible. Por los tiempos, será responsabilidad de la próxima Legislatura en el Congreso de la CDMX analizar las causas de fondo y reformar las leyes para que se deje de engañar a los ciudadanos con candidaturas “chocolate” que sólo se traducen en dinero de los contribuyentes tirado a la basura.

No me malinterpreten. Creo en la diversidad de ideas y de alternativas para que los ciudadanos elijan la que mejor los represente. Sin embargo, se debe terminar con la bacanal electoral de candidatos que gastan los recursos sin rendir cuentas para después declinar a favor de sus contrincantes. La elección inició con todos contra todas y termina siendo siendo de unos para otros, la bacanal de los “tontos inútiles”.

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