El Gobierno de la Ciudad de México informó que a partir del lunes 29 de junio de 2020 la capital entraría en la fase del Semáforo Naranja, lo que permitiría la reactivación de ciertas actividades económicas.
Con la publicación en Gaceta Oficial de las reglas temporales que regirán la operación de diversos establecimientos mercantiles, el Gobierno de la Ciudad de México da un paso para brindar certeza jurídica a las unidades económicas que reactivarán sus actividades, así como a la ciudadanía en general.
Particularmente en materia de restaurantes, la Jefa de Gobierno hizo énfasis en que se debía priorizar la instalación de mesas en espacios abiertos, en cuyo caso se permitirá un aforo de hasta el 40% de capacidad, ya que si solo tienen mesas al interior únicamente pueden reabrir como máximo al 30%.
Si tomamos en cuenta que muchos de estos locales son pequeños, es decir, no cuentan con espacios abiertos dentro de sus instalaciones, se traduce en que buscarán aumentar su porcentaje de aforo instalando mesas y sillas en el espacio público.
Las normas publicadas por el Gobierno son claras, y entre otras cosas establecen que buscarán coordinación con las alcaldías para dar viabilidad a estas medidas temporales a fin de ejecutarlas con éxito.
Esto es de celebrarse, pues lo cierto es que no habíamos tenido esta clase de claridad en políticas anteriores, sin embargo, no podemos dejar de señalar que las autoridades deben tomar en cuenta tres puntos principales para lograr el éxito buscado.
En primer lugar, poner énfasis en las medidas de verificación para el cumplimiento de las disposiciones emergentes, ya que, en caso contrario no sólo se convierten en letra muerta, sino que ponen en riesgo la salud de la población.
Segundo, por tratarse de medidas emergentes quizá sean un poco más flexibles que la Ley de Establecimientos Mercantiles en la materia, sin embargo, se debe dejar claro que en ningún momento generarán alguna clase de derechos adquiridos o se buscará que estos esquemas permanezcan aún terminando el periodo de contingencia, pues durante muchos años se ha tratado de dar orden a este fenómeno y no podemos permitir que ese esfuerzo sea en vano.
Y finalmente, debido a que de manera temporal se podrán instalar mesas y sillas en el espacio público en favor de los restaurantes, es necesario que se tomen las medidas necesarias para que esta ocupación extraordinaria del espacio público no genere conflicto con las vecinas y vecinos.
Es decir, en este proceso la autoridad debe encontrar el punto medio entre impulsar la reactivación económica y garantizar la salud y el derecho al espacio público de todas las personas. ¿Es una tarea sencilla? No lo creo. ¿Es lo que necesitamos? Sin duda alguna.