GPPAN CDMX A 12 DE ENERO DE 2020

La bebe o la derrama
Excélsior
Dip. Federico Döring Casar

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  • El objetivo de reducción de plástico es un acierto y da pasos adelante en la dirección correcta.

En la Ciudad de México entró en vigor la restricción para entregar bolsas de plástico de un sólo uso, con el claro objetivo de proteger el medio ambiente ante la producción de residuos sólidos.

Con la reforma a la Ley de Residuos Sólidos –y la entrada en vigor de su reglamento— el objetivo de reducción de plástico es un acierto y da pasos adelante en la dirección correcta, pero en su entramado tiene deficiencias de implementación que tienen hoy en riesgo a un sector de la población, el cual dependía directa o indirectamente de la producción de plástico.

En mayo del año pasado el Congreso local aprobó las reformas impulsadas por el Partido Verde y, aunque bien orientadas, están mal ejecutadas y sus previsibles efectos comenzarán a prender focos rojos.

Alrededor de la industria del plástico, concretamente al de las bolsas de un sólo uso, hay sectores de la población que tendrán afectaciones importantes porque el gobierno de la Ciudad no ha sido capaz de desarrollar un plan de acción para mitigarlas.

Desde los sectores empresariales hasta las personas de la tercera edad que empacan víveres en los supermercados, hay personas que hicieron un modo de vida dependiente del uso de plástico y para los quienes no hay alternativa propuesta por el gobierno para compensar la pérdida que deriva de la prohibición.

Con las ganas de salir en la foto del logro legislativo, el gobierno no previó lo que le correspondía a sus facultades, es decir, el plan para minimizar los impactos económicos de los sectores que dependen de esta industria y desarrollar una transición para ello, con un programa de apoyo. Lo que puede ser una buena medida, sin las acciones complementarias detrás de ella, sólo terminará siendo una aspirina para una migraña.

Pero la discusión de fondo no debería quedarse a este nivel, el verdadero problema que enfrenta el gobierno es el manejo de las 13 mil toneladas de residuos que se generan diario en la capital del país, plástico incluido, pero que hasta hoy carecen de un plan de tratamiento.

Medida acertada, pero habrá que estar muy atentos a que el esfuerzo de eliminar las bolsas de plástico de un sólo uso se trate de un esfuerzo sincero y no lo conviertan en una ambición de salir en una foto o, peor aún, que algún vival intente beneficiarse económicamente de la prohibición de manera ventajosa.

Al final, la medida es punto a favor para la Ciudad. El Congreso hizo su tarea, ahora el gobierno deberá decidir si la bebe o la derrama, para que nuestra CDMX se convierta en ejemplo medioambiental a nivel internacional. 

Entre tanto, seguimos esperando que el gobierno tenga la capacidad de esbozar, aunque sea una propuesta para el gran problema de manejo de los residuos que genera esta gran Ciudad.

 

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