GPPAN CDMX A 02 DE AGOSTO DE 2020

La ciudad rehén
Excélsior
Dip. Federico Döring Casar

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  • El subsecretario de Salud insiste en que con un porcentaje del 51% de ocupación hospitalaria, la capital del país debe estar en semáforo rojo. La jefa de Gobierno, en contraste, se aferra a mantenernos en el indicador naranja.
  • La Ciudad de México y sus habitantes somos rehenes de un pleito político.
  • En medio de un choque de egos, somos testigos de una guerra entre Claudia Sheinbaum y Hugo López-Gatell por el control de la verdad sobre la pandemia de covid-19 en la CDMX. Francamente, a ni uno de los dos les asiste la completa verdad.

El subsecretario de Salud insiste en que con un porcentaje del 51% de ocupación hospitalaria, la capital del país debe estar en semáforo rojo. La jefa de Gobierno, en contraste, se aferra a mantenernos en el indicador naranja, con la intensión de forzar una reactivación económica que resulta más peligrosa que efectiva y que su único resultado es un repunte en los contagios.

La diferencia en ambos puntos de vista resulta en una bomba mediática de desinformación para los ciudadanos quienes, en una urgencia por reactivar su economía e ingresos, se arriesgan a salir, pues no cuentan con información y el gobierno carece de estrategia.

Mientras tanto, México ingresó al top tres de muertes por covid-19 a nivel mundial, pues entre la falta de información clara por parte del gobierno y una flexibilización de las normas que han encabezado los ciudadanos, los contagios se siguen incrementando y, en consecuencia, las muertes también.

El pleito político —que me parece que en realidad ya tomó tintes personales— no tiene otro fin más que demostrar quién tiene más poder en medio de la pandemia. Sin embargo, Sheinbaum trata de definir su propio plan, el cual aún carece de una coherencia, pero siempre en choque con López-Gatell.

Esta conducta autoritaria y dictatorial es el sello de Morena, en su ADN corre la autodestrucción incluso entre ellos mismos. No saben ser equipo, el reflector los ciega y pierden el piso, ahogándose en un vaso con muy poca agua.

Tomen por ejemplo al recién estrenado secretario de Gobierno local, Adolfo Suárez del Real, quien esta semana tuvo su primer acercamiento con el Congreso de la Ciudad de México, pero no fue incapaz de manejarse en los acordes políticos.

Lo que nos dijo, en resumen, es que no le interesa la concertación política; él está ahí para velar por los intereses de su bancada, a la que él pertenecía antes de irse al gobierno central, por lo cual su primera interlocución fue más una declaración de motivos que una presentación.

En vez de buscar un espacio con la Junta de Coordinación Política del Congreso, planteó una línea de trabajo que no tiene otro fin que proteger y velar por los intereses de su partido, lo cual se traduce en que todo lo que ellos busquen reformar será la prioridad.

 

  • Suárez del Real no inicia con el pie derecho en su relación con el Legislativo, una muestra más de la falta de cohesión que impera en Morena; un síntoma de todas las relaciones políticas que se engendran en un partido en donde todos buscan ser la voz de autoridad y la única a la que asista la razón.

 

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