GPPAN CDMX A 31 DE MAYO DE 2020

La última regente
Excélsior
Dip. Federico Döring Casar

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  • La facultad constitucional que recae en el Legislativo para etiquetar los recursos en el Presupuesto de la ciudad es justo eso: constitucional.

La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, busca asestar un demoledor golpe a la democracia y buen gobernar. Disfrazados de demócratas y paladines de lo justo, poco a poco van mostrando su verdadera naturaleza, mientras tuercen el avance progresista del gobierno para regresarnos a tiempos oscuros de autoritarismo, a tiempos del PRI.

En la forma de gobernar —ya sea en la federación o en la CDMX— algo es claro: no son demócratas. Han dejado ver su deseo por imponerse para tomar lo que desean. Y si no es con el Congreso con su mayoría inútil, entonces por las malas. Si no convenzo, arrebato.

Esta semana Sheinbaum envió una iniciativa al Congreso de la Ciudad de México, mediante la cual busca manejar el presupuesto de la CDMX como si fuera su caja chica. Quiere tomar los recursos que se le den la gana y usarlos de la misma manera, con absoluta discrecionalidad.

Usando como coartada la pandemia ocasionada por el covid-19, no sólo tomaron malas y tardías decisiones, ahora la gobernante capitalina pide al Congreso local modificar la rimbombante Ley de Austeridad, Transparencia en Remuneraciones, Prestaciones y Ejercicio de Recursos para tomar el dinero de los capitalinos y asignarlo a lo que ella quiera, cuando quiera y como quiera, todo bajo el pretexto de la pandemia.

La facultad constitucional que recae en el Legislativo para etiquetar los recursos en el Presupuesto de la ciudad es justo eso: constitucional. Pero la titular del Ejecutivo no está contenta con eso, ella quiere tomar los recursos de las Alcaldías y de los órganos autónomos para usarlos. ¿Con qué fines? Los que le beneficien.

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Por ello, Sheinbaum quiere que el Congreso se someta a su regencia. No goza con el contrapeso natural del federalismo que representa el Legislativo frente al Ejecutivo y quiere hacer uso de la mayoría de Morena para que su iniciativa pase y se haga de un poder total en la reasignación del presupuesto.

La mayoría con la que Morena cuenta en el Congreso, podría dar puerta abierta a que pasen los caprichos autoritarios de Sheinbaum y juegue con los recursos de los capitalinos como si se tratara de su caja chica o dinero suyo metido en una bolsa de papel. Es un momento determinante para el congreso de pensar en el futuro de la Ciudad, comprender que están abriendo boquete a la democracia de la capital que tanto ha costado.

Existen otras formas consideradas en el marco legal para hacer una redirección del gasto, como un adendum al Presupuesto. Opciones existen, pero el regreso al autoritarismo es inaceptable.

Sheinbaum pretende retroceder en la democracia, quiere que la CDMX vuelva a ser el Distrito Federal, en donde las decisiones se tomaban por una sola persona y todos obedecían ciegamente, en donde no había cabida a cuestionamientos, ni contrapesos.

23 años de construcción democrática podrían ser borrados de capricho, por eso creen que la pandemia les vino “como anillo al dedo”, la usarán de pretexto para todos sus apetitos.

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